sábado, 21 de marzo de 2015

EL CIELO NO ESTÁ LEJOS (NOSOTROS SÍ).

- Maestro, ¿cual es el secreto de tu serenidad?
- Cooperar incondicionalmente con lo inevitable.

Anthony de Mello.




Yo no soy artista. No sé crear. No hago arte con las palabras ni consigo formar constelaciones mediante las metáforas. Yo solo uno los pensamientos, las casualidades, las miradas y todo aquello que pasa a través de mi corazón sin fondo para calarse en las tinieblas de mi alma. 

Un tranvía lleno de personas con dinero en los bolsillos.
El rugido de los coches despertándose de una noche silenciosa.
El graznido de las aves al surcar el cielo.

Quiero parar los relojes esta noche y hacerlos avanzar al cabo de unos pocos minutos.
Quiero soñar hasta que el cielo se caiga, hasta que el Sol se apague y ceda el puesto a las palabras, para que iluminen la vida.

Un sin fin de preguntas sin respuestas pueblan mi mente. 

¿Porqué le tenemos miedo a vivir y a morir?
¿Tan importante es ser valiente si, al final, solo nosotros podremos juzgarnos?
¿Porqué estoy aquí?
¿Qué sentido tiene seguir luchando por mis ilusiones si acabaré reducida a cenizas?
¿Porqué queremos ser algo?
¿Tan importante es dejar huella en este Mundo?

¿Existen otros Mundos?

A veces intento buscar el sentido a este mar de incógnitas que me abruman cuando llega la noche y la luz se desvanece con la llegada de la negror de la noche. 
Normalmente encuentro ideales a los que aferrarme.
Respuestas en las que quiero confiar.

Pero son exactamente las noches como estas, cuando nada tiene sentido y todo parece un océano sin fondo, que experimento esta sensación tan placentera de nadar a contracorriente en un mar sin barcos. 
Y mi silueta de papel se desvanece entre aguas, brezada por el viento y llorada por la luna.

Porque todos y cada uno de nosotros desapareceremos. 
Algún día.

No hay ser humano que se salve del Olvido.
No existe la fórmula de la inmortalidad. 
Uno ni tan solo puede llevarla dentro.

¿Y si nada de esto es real?
Entonces, ¿qué sentido tiene?
¿Y si no tiene sentido?

¿Y si ahora mi corazón está viviendo en otra dimensión paralela?

Siempre he creído en mí misma. Llevo muchos años haciendo las cosas a mi manera, llenando con emociones los espacios vacíos de mi corazón. 

He llorado y he reído; he caído y me he levantado: he escuchado y he olvidado; me he equivocado y he aprendido. Pero, sobretodo, he vivido.

Como no puedo encontrarle un sentido a la vida y a todos sus efectos colaterales que ella implica, al menos intentaré dar un poco de cordura dentro de este presente en el que existo.

Yo creo en el destino. En mi mente y en mi vida todo pasa por alguna razón. Creo firmemente que todos tenemos nuestro lugar en el mundo, y que sí, que podemos cambiar nuestras decisiones, que podemos convertir un día de primavera en un día sin flores. Aunque todo esto solo son cuestiones de perspectivas (y adentrarnos en el laberinto de la mente y los pensamientos todavía es más complicado que intentar dar con una solución a las incógnitas vitales). Así que he vivido como si todos mis pasos ya estuviesen calculados. Disfruto, y canto, y río porque tengo fe en que el futuro un día hará encajar todas las piezas del puzle. Pero, por otra banda, nunca he sabido lo que uno siento cuando decide arriesgarse, cuando empieza a jugar en esta partida de ajedrez. 

Es un misterio hasta para mí.

Vivamos. Es mi una respuesta. Y sirve para todas las preguntas.

Es tan simple (¿porqué lo hacemos tan complicado?).

Vivir. 

Con todo lo que esta palabra conlleva.

Lágrimas. Esperanzas quebradas. Sollozos ahogados. Sueños pisoteados. Versos rotos. 

Y sonrisas, y amor, y ganas, y fuerza, y superación y lucha.

La vida es una balanza de todos los sentimientos.
Una balanza desequilibrada con nada a ganar y todo a perder.

Pero es que por muy frío que haya sido el invierno, siempre acaba volviendo la primavera.

Todo se desvanece, todo se va. 

La vida es efímera como el vuelo de una mariposa o el ajetreo de la ciudad un viernes por la noche, cuando las estrellas eclipsan el firmamento y caen sobre la Tierra, en forma de deseos.

La vida no es nada, pero puede llegar a serlo todo. 

Bonet

(mañana tengo un concurso de relatos muy importante, y estoy muy nerviosa. Después de haberme leído miles de artículos de concentración y relajación en Internet, he visto que lo mejor que puedo hacer es dejarme llevar. Espero que el torrente de las palabras, mañana por la mañana, ahogue todos mis secretos. Solo quiero disfrutar de un día magnífico. No debo pensar en el futuro [puede llegar a destruir más que el pasado].)

Os quiero,
-Diana.

2 comentarios:

  1. Muchísima suerte, espero que todo vaya muy bien, ya que lo haces magnífico.
    Te mando un abrazo virtual con sabor a nada, ya que los abrazos no tienen sabor :/ (con sabor a esperanza :))

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  2. Hola preciosa :)
    Solo por leer tus entradas ya es maravilloso volver a blogger después del parón de los estudios. ¿Qué decirte? Has volcado todas mis dudas y mis miedos en la entrada, y realmente ya no sé qué aportar. Las citas, las reflexiones... todo en este texto enamora.
    Respecto a lo de los relatos: el talento fluye por tus venas. Tranquila, lo vas a bordar.
    P. D.: por fin he vuelto a publicar en mi blog, por si te apetece ver el microrrelato que he subido :)
    Un abrazo muy, muy fuerte.

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Leo todos los comentarios e intento responder a todos los que puedo.
Gracias por pasar un poco de tu tiempo aquí. Lo valoro mucho.
Si quieres dejarme tu blog estaré encantada de echarle un vistazo.

Con cariño,
Diana.