sad teens with happy faces.

Es raro como de un momento a otro todo cambia. Rápidamente. Sin dar lugar a otros sucesos inesperados. Como si nuestros sueños fueran estrellas fugaces y nuestra esperanza un foso negro y sin fondo.

Nuestras ilusiones mueren en medio de un suspiro ahogado entre el llanto incesante de nuestros corazones.

Sabemos que no se puede tener todo, pero siempre queremos más.

No nos conformamos con lo simple, lo fácil. Nosotros nos atrevemos a coger el camino de rosas con espinas y sueños rotos. Caminamos en él, y avanzamos. Luchamos para vencer, aunque normalmente acabamos perdiendo. Nos destruyen, y renacemos.

La vida se trata en no dejar de avanzar, caer, y volverte a levantar de entre las cenizas, hasta que llega el punto en que uno, cansado de derrumbarse, decide quedarse al tierra.
Apartado de todo. 

Observando sonrisas de papel sin formar parte de ellas.

Viendo la felicidad en los ojos ajenos y no saber encontrarla dentro de uno mismo.

Las lágrimas bailan a libre albedrío en nuestras mejillas cuando suena una melodía casi inaudible, guiadas por las pulsaciones de nuestro corazón que renace, poco a poco, en la inmensidad de nuestra alma.

No somos prodigiosos.

Ni fuertes.

Y nos rompemos.

No es una cuchillada lo que nos hace caer.

No.

Son esos pequeños cortes de papel que nos atacan diariamente.

Y acabamos destrozados.

Muertos.

[pero volveremos a alzarnos, para volver a caer].

Perderemos todas las batallas y aprenderemos en cada una de ellas.

Las cosas fáciles no valen la pena.

Fracasar en el intento de aquello que amamos es lo único que puede hacernos fuertes y demostrar quienes somos y dónde queremos llegar.

Hay que intentar lo imposible.

Debemos volver a sentir el viento soplando en nuestros corazones y las mariposas revoloteando entre nuestros pensamientos. 

Libres.

Solo si aprovechamos la primavera danzaremos entre los copos de nieve.

Solo intentándolo podremos conseguirlo.

Y si tropezamos, volveremos a levantarnos.

Porque lo último que uno pierde es la esperanza

[si la esperanza no le pierde a él primero].

Hoy he llorado lágrimas invisibles (visibles) llenas de esperanza.

He sentido el dolor y el cuchillo que se hundía en mi alma.

Quería llorar, pero no había nadie para sanar mi llanto.

Sentía como si no hubiese suficiento oxígeno para respirar,

[pero lucharé en mi debilidad].

Hoy ha sido un día horrible. 

De aquellos que borrarías de tu mente para siempre, pero sabes que mañana por la mañana volverá a ser lo mismo.

Nada habrá cambiado.

Las palabras seguiran doliendo y las verdades continuarán matando.

Estoy escribiendo para no llorar.

Lloro para no vivir.

Vivo para no sufrir.

[y la contradicción que es la vida aquí se hace presente].

Mis sentimientos andan inconexos. Sin sentido.

Ahora todas las palabras suenan vacías en mi cabeza.

Ya no queda nada [salvo esa chispa que nunca se acaba].

Ni siquiera sé a qué ha venido esto.

Necesitaba deshagorme.

Os quiere con toda su alma (momentáneamente destrozada),

-Diana.