sábado, 25 de octubre de 2014

CONCURSO


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Buenas noches, Escapes :)

Sí. Lo sé. Y enserio, no sabéis cuanto lo siento. Casi un mes sin escribir. Seguramente para vosotros tampoco habrá sido para tanto, pero para mi ha sido difícil. Digamos que este es uno de los únicos sitios donde puedo ser yo misma. Sí, yo misma. Qué raro suena esto. 

Pero ya me estoy cansando de empezar todas las entradas diciendo que no tengo nada de tiempo, que hago todo lo que puedo y que lo siento mucho (más por mi que para vosotros, la verdad). Y ahora está sonando con el volumen a tope Long Live y creo que me pondré melancólica. No sé. Esto viene cuando viene. Creo que yo soy así. Digamos que puedo llegar a ser un poco bipolar. En un segundo puedo pasar de ser  una persona medianamente contenta con su vida a otra completamente diferente que lo odia todo y se odia a ella misma. Pero tsee, que no cunda el pánico. Long Live solo me está poniendo más triste de lo que ya estaba (?).

Y ahora suena Mistake
Error. 
Qué irónico. 

Creo que empezaré a llorar. 

Pero antes voy a parar de relataros mi Playlist. 


Source: http://www.pixiv.net/member_illust.php?mode=medium&illust_id=15558967

Últimamente estoy muy fingirl. Mucho. Demasiado. Quizás me estoy volviendo una lunática. Pero bah, que más da. La verdad es que estoy algo así como obsesionada por todos aquellos libros, canciones o películas que han marcado mi vida. 
Es encontrar a alguien a quien le guste Los Juegos del Hambre, lanzar un chillido ahogado, correr hacia aquella persona con pelos de loca y hablar con ella mucho tiempo sobre Katniss. O Peeta. O Gale. O llorar por Prim. 
Es como pensar que estoy en Hogwarts, que pertenezco a Hufflepuff y que estoy a punto de conocer a Harry Potter. Soy una maga. Sí, lo soy. Pero vamos, no puedo hacer magia delante de un muggle. Así que me guardo mi varita y continuo actuando como si mi vida fuera algo espléndido. De tan en cuando alguien me dice que no existe nada de Harry Potter. Primero quiero ahorcarlo. Después le digo que se calle, maldito infeliz. Finalmente prefiero que aquella persona se muera ahogándose en sus mentiras. Porque sé que, en algún lugar, por muy lejos que esté, hay una escuela de magia que existe. Y se llama Hogwarts. La verdad es que mi búho va retrasado dos años: no me llega la carta de admisión a la escuela. Y no puedo esperar más.
Quizás ahora mismo alguien me está observando. Y yo no lo veo. Ni tan solo noto su presencia. Sería demasiado erróneo pensar que no existen otros mundos. Otros seres vivos. Otros lugares donde pasan cosas maravillosas. Quizás este mundo está dentro de otro mundo. Quizás nunca sabemos a que mundo pertenecemos realmente. Quizás en una vida anterior fui una mujer loba. Porque decidme una cosa, queridos míos ¿de dónde sacó el hombre la imaginación para crear personajes fantásticos? Oh, yo lo sé. Podríamos haber creado un ser hecho de margaritas. O un monstruo de color rosa. Pero decidimos crear elfos, unicornios, magos, hadas... Porque intuimos que en otra realidad paralela a la nuestra existen. O han existido. O existirán. Pero sé con certeza que están en algún lugar y que nosotros lo notamos, por eso los representamos involuntariamente. En realidad, creo que todas las historias son ciertas. 

                  add a caption
Yo tengo de esto. Estoy segura.

También creo que me estoy volviendo loca. Leo tanto que después pienso que todo existe. Y me deprimo al abrir los ojos y entrar a la triste realidad. Este mundo es una mierda. Pura mierda. Pero que le vamos a hacer, es el que nos ha tocado. De momento. Quizás en esto consiste la vida. En aprovechar lo que tenemos y disfrutar cada minuto de nuestra existencia sin preocuparnos demasiado sobre donde deberíamos llegar. 
Pero es difícil llevarlo a cabo, lo sé. 
Hoy en día, todo lo que vale la pena es difícil. 

Estoy tan obsesionada que me he comprado un colgante de Sinsajo y una pulsera de Harry Potter. Me encantan. Son dos tesoros. La verdad es que cuando los vi, fue amor a primera vista. No sé. Sentí que eso estaba allí para que yo lo comprase. Sé que no es así, pero me hizo sentir así. Y me gustó. Y ahora lo llevo todos los días, y la verdad es que si lo perdiera, no sé qué haría. Supongo que primero me decepcionaría.
Después, me compraría otro igual.

Hogwarts ✨


Aún así, sé que con solo leyendo, antes de morir habré pasado por muchos otros mundos.


Mejor que ni os hable de lo que me pasa cuando escucho aquella canción que tantos recuerdos me trae durante la noche, en mi habitación, cuando todo esta oscuro y los pájaros ya no recuerdan el sonido de su canto. Creo que podéis imaginar como me siento. Y si cierro los ojos, esa canción se transforma en aquél instante, en aquél momento, en aquella persona. Se transforma en algo que para mi tiene significado. Y sé que nunca más volveré a escuchar aquella canción como si fuera una más de entre todas. 

Siempre habrá aquella lágrima que me recuerde a ella.
Aquella ropa. 
Aquél café.
Aquél libro.
Aquella rosa azul.
Aquellos besos helados. 


Untitled

And then the cold came
The dark days when fear crept into my mind
You gave me all your love and all I gave you was "goodbye"




Me gustaría saber que pasa por el cerebro de las personas cuando escuchan una canción que les ha marcado. Seguramente la mayoría se deprimen. Pero creo que todavía hay aquellas personas que piensan en una canción como un buen recuerdo. 

Me gustaría saber como lo hacen. 


Untitled
Oh, lights go down in the moment 
We're lost and found
I just want to be by your side
If these wings could fly
For the rest of our lives.

*Últimamente me dedico a traducir todas las letras de las canciones. Me gusta.*

Me gustan las canciones tristes. Como Birdy, por ejemplo. O Lana, entre muchas. Mu gusta que la canción esté tan triste como yo. Es como si me entendiera, como si pudiera notar que una simple nota, una simple entonación, una simple melodía diesen sentido a mi vida. Y lo hacen. 

La música es mi vida. La música es la manera que tengo de ser yo en todos los sentidos posibles de esta expresión. Si es que tiene alguno. 

También me gusta el rock (esta tonta pasa de las canciones tristes al rock como si nada). Paramore es mi debilidad. Ya me entendéis. Esas notas, esa voz, ese ritmo. Esa originalidad. Esas ganas. Vamos. Es Paramore. Si no lo escucháis dudo que lo entendáis.

x | via Tumblr

Some things just, some things just make sense
And one of those is you and I
Some things just, some things just make sense
And even after all this time.
I'm into you
Baby not a day goes by that I'm not into you.


Todo lo que os he contado hasta ahora no entraba en el plan que me había hecho mentalmente de como sería esta entrada. Pero a veces es mejor no hacerse demasiados planes y dejar que la vida nos sorprenda. Porque también es verdad que, si imaginamos mucho, este mucho, puede llegar a doler mucho. Así que de vez en cuando creo que tendríamos que ser un poco más realistas. 

Esta entrada ha sido dictada por mi corazón, no por mi mente. Y espero que vosotros también la hayáis leído con el corazón. Es todo lo que necesito. *Y ahora mismo suena Shake It Off y tengo demasiadas ganas de bailar, pero me voy a contener. Todos en casa están durmiendo, y no sería la primera vez que se despiertan porque hay alboroto en mi habitación a las tres de la mañana. Así que papá, mamá, agradecedme esto*.


Y voy a pasar al tema del que realmente iba le entrada. Un concurso de blogger, organizado por mi queridísima María del blog Notas Para un Domingo Aburrido (*-*). Doy por sentado que todo el mundo conoce su blog. Sino, sois todos unos pecadores ^-^

Es un concurso de relatos que organizan con la chica del blog Tributos en Hidún (podéis encontrar toda la información clicando aquí). Consiste en presentar uno o dos relatos y ya está. Después hay diferentes premios y la verdad es que merecen la pena. Son premios premios. Osea, QUE SI QUEDAS PRIMERO, SEGUNDO O TERCERO GANAS LIBROS (PARA CARDÍACA). Aún así, lo importante es participar, y estoy del todo segura de que todas y cada una de vosotras tenéis escondido por allí un relato que queréis que salga a la luz. Lo sé. Así que os animo a participar, ya que vale mucho la pena.

Yo no me lo pensé dos veces, claro. He hecho dos relatos, pero solo os voy a enseñar uno (porque sí, porque molo, y porque así tengo excusa para haceros otra entrada más tarde). 

Espero que os guste *no os libraréis de que os enseñe el otro, esto os lo aseguro, pero pensé que dos en una entrada sería demasiada información ¿no?*.

Hecho en las horas de clase, os presento a...


Cerillas.


“Una vez leí en algún sitio que escribir nos alivia los problemas. No creo que sea así. Simplemente escribir nos ayuda a darles forma. A saber plasmarlos. Quizás escribiendo es la única manera en que puedo ser yo misma. Y esto es lo que estoy dispuesta a hacer. Escribiré. Escribiré hasta que mis manos ya no puedan más y a mi corazón no le queden sentimientos. Y aunque las lágrimas me resbalen por las mejillas y esta habitación se quede llena de agua, continuaré escribiendo. La verdad es que no sé muy bien el qué. Solo sé que necesito escribir. De hecho, necesito desahogarme, y escribir es una de las únicas cosas que me gustan. A parte de criticarme a yo misma, claro. Esta es mi mayor especialidad: destrozarme un poco más todos los días.


Solo son las dos de la mañana. Digo solo porque yo no duermo. No puedo dormir. Aunque lo intento, aunque me obligo a no escuchar los susurros que aparecen en mi cerebro cuando duermo, no puedo conseguirlo. Mi cabeza nunca descansa. Siempre piensa. En todo. En todo lo que me pasa en la vida. En mis problemas, en mis preocupaciones, en mi mala suerte. Creo que hace años que no hago algo que me haga realmente feliz a mí. A mí, no a los demás. Sueño con lágrimas. Y susurros. Susurros que me dicen que no tengo a nadie. Que nadie me quiere. Que nadie recuerda mí efímera existencia. Y la verdad es que estoy terriblemente solo, pero no literalmente. Vivo con mis hermanos y mis padres. Estúpidamente creen que su vida es perfecta, y ya nadie se acuerda de mí. Ya nadie me pregunta cómo me ha ido el día o qué quiero para comer. Ya nadie recuerda que vivo. Estoy sola, tan terriblemente sola que, a veces, salgo al balcón, enciendo una cerilla y mientras veo el fuego desvanecerse en humo y quemando mis dedos, me hablo a yo misma. O lo intento. Normalmente no me sale la voz. Y aunque parezca una estupidez, me ayuda. El calor que desprende la cerilla me da calidez, y por unos segundos pienso que todo podrá ser como antes. Pero no es verdad. El pasado nunca se supera y siempre te acompaña. Es inútil convencernos de que somos felices si llegamos llorando a casa. Es como decir que amamos la lluvia, pero cogemos un paraguas para protegernos de ella. Yo no me engaño. Sé que no estoy bien y que necesito ayuda, pero no la quiero. La verdad es que estoy realmente jodida, pero nadie se da cuenta.

Soy invisible en un mundo de colores.

De hecho, ya no recuerdo el sonido de mi risa.


Solo hay un sitio donde realmente me identifico, y este no es más que habitación. La re decoré a mi gusto, y a menudo me pregunto si alguien se dio cuenta. Decoré las paredes con fotografías de aquellos lugares a los que algún día iré. Puse luces de árbol de navidad alrededor de mi cama y cojines, muchos cojines. Me gustan los cojines. Blandos por dentro, pero a simple vista, si no sabes lo que son, parecen fuertes. Es una buena metáfora. Al menos, para mí.

Y aquí, en estas tres paredes que dan a un balcón, vivo. O lo intento. Es el único lugar donde puedo ser yo misma, y de alguna manera siento que es el único lugar en el mundo que me llena. Creo firmemente que una habitación es el reflejo de uno mismo. Y me gusta que mi habitación refleje mi corazón (o lo que quede de él) en lugar de mi máscara a la sociedad. Necesito desprenderme de ella, empezar a mostrarme al mundo tal y como soy. Pero tengo miedo. Quizá no quiero salir, quizá estoy mejor aquí dentro, fingiendo ser lo que no soy ni seré nunca. Porque si no soy aceptada ahora ¿cómo lo voy a ser después? Tengo miedo, mucho miedo. Ya no recuerdo lo que es vivir, si es que alguna vez lo he hecho. Vivir no es respirar oxígeno, vivir es respirar sentimientos. Aunque estos sentimientos no sean buenos. Porque la incertidumbre, la tristeza, la confusión y la pena también son sentimientos ¿no? Para llevar una vida llena se deben de sentir esos momentos de grande felicidad, pero también aquellos en que parece que el mundo se va a derrumbar. El caso es que yo no tengo recuerdos felices. Y eso no me llena.

Aún así, sé que algún día me iré para no volver. Mi vida no ha hecho raíces aquí y necesito marcharme, bien lejos, viajar, volver al lugar al cual pertenezco, pero que todavía desconozco. Y estoy dispuesta a buscarlo. Solo sé que no es este, encerrada en estas cuatro paredes escribiendo palabras al viento. Yo prefiero vivir momentos que se queden escritos en mi corazón. Y sé que aunque a mis piernas les falten fuerzas o me fallen las ganas, encontraré mi lugar en este mundo.

Mi iré, y nunca más volveré. Jamás. En realidad, volveré al lugar del cual pertenezco.

Y en el fondo sé que, si me fuera ahora, poca gente se daría cuenta.



Y ahora, como suponía que pasaría, estoy llorando. No es que sea ninguna novedad, porque siempre lloro. Pero es un llanto diferente. En las lágrimas de hoy hay esperanza. Cierro los ojos, y solo veo un negro paraíso. Sé que cerrar los ojos es de cobardes. De personas que creen que cerrando los ojos su mundo mejorará. Estúpidas. Solo mejorará cuando tú lo hagas mejorar, y ya está. Pero me da igual. Las lágrimas se esconden en mis ojos. Tengo esa horrible sensación en que se te hace un nudo en la garganta y el iris se te vuelve rojos. Ese momento en que no sabes si volver a estallar o continuar aguantando. No puedo más y empiezo a llorar. Dejo que se moja este papel. No lo evito. Quiero que este momento quede plasmado tal y cómo pasó. Llorar es bonito, llorar es poético. Quizás los mejores libros se han forjado con las lágrimas del escritor. Quizás la lluvia no sea agua. Quizás las lágrimas son todas nuestras ilusiones que se caen de una en una, muriéndose lentamente. Pero llorar no nos deja ver las sonrisas.
Lloro y lloro sin saber por qué. Me gusta llorar, o quizás he aprendido a quererlo. Porque si quiero irme del infierno tengo que aprender a amar cada uno de mis demonios ¿no? No lo sé. Solo sé que ahora mismo me siento en paz. Y tranquila. Estúpidamente relajada. Está sonando Dark Paradise y todavía lloro más.
Creo que esto es como estar ahogándote en un mar donde murieron, hace muchos años, todas tus ilusiones.


La música es mi vida. La música es la única que ha estado siempre a mi lado, cuando nadie más parecía oír mi triste llanto. Me gustan las canciones lentas, con melodías melancólicas y tristes. Me gusta que la música suene tal y como estoy. La música me ha ayudado a seguir adelante, a no rendirme, advirtiéndome que quizá llegue un día en que seré libre y algo bueno pasará en mi vida.
Creo que nosotros no escuchamos a la música, más bien creo que ella nos escucha a nosotros. Eternamente.

La verdad es que es lo único que me escucha.


Me gustan las canciones de amor. Quizás porque sé que nunca tendré uno, o quizás porque me transmiten sentimientos que ni yo misma llego a comprender. Me gustan las palabras dulces y me gustaría que alguien me dijera una a mí, para variar. Quiero ser apreciada, pero es difícil querer algo que nunca has tenido. Me gusta el amor, pero no me pertenece. ¿Cómo puedo tenerlo si soy la persona más solitaria del planeta? ¿Cómo voy a dejar que alguien entre en mi vida y me abra el corazón? Me gusta el amor, pero no me pertenece.
Creo que voy a morir terriblemente sola.




Amo la lluvia. Bueno, en realidad me encanta que el día esté tan triste como yo. Creo que soy como una pequeña gota. Pasajera. Distante. Efímera. Gélida. Suelo pasear bajo la lluvia. Me gusta sentir que también estoy helada físicamente, y me gusta aquella sensación de tener las ropas empapadas. Para que algo pese más que mis tristezas. Me encanta el invierno. Creo que soy esa lágrima congelada, ese frío gélido, esa nieve helada, esa rosa azul.

Creo que mi corazón está hecho de hielo.



Soy la depresión a las siete de la mañana y el “no tengo hambre” en el mediodía. Soy el llanto reprimido por las tardes. Soy el insomnio a las doce de la noche, y las lágrimas bañadas por música del amanecer.
Soy el pétalo de margarita que nadie quiere. Soy un pájaro sin saber volar.
Soy el tic-tac eterno.
Con cariño,

X”.



La chica de los cabellos azules salió, como todas las noches, al balcón. Estaba todo oscuro y no se veía nada salvo la cerilla que llevaba encendida, como siempre, en la mano izquierda. Como todas las noches, lloraba. Tenía los ojos bañados en lágrimas y una mirada perdida. Pero había algo en ella diferente. Algo en su interior había cambiado. Quizás por fin había encontrado su chispa interior, quizá por fin se había encontrado.

La chica de la mirada gélida cogió un papel que llevaba en la otra mano. Lo miró, mientras las lágrimas le caían a raudales. Pareció débil, pero sabía qué quería hacer. Sostuvo en lo alto el papel y, en un movimiento casi imperceptible, acercó la cerilla a él. Y lo quemó. Lo tuvo entre sus manos hasta que las llamas le llegaron a los dedos y, entonces, lo dejó ir.

Era una noche sin viento, pero voló.

Creyó que quizás, quemando sus tristezas, desaparecerían. Pero no sabía que las tristezas formaban parte de ella y aunque lo intentase, nunca se irían.

Todo el mundo está roto, aunque solo sea un poquito. Algunos camuflan sus penas, y eso es lo que la gente cree que es la felicidad. Pero no es verdad. Las grietas en su corazón seguirán ahí, como siempre ha sido. La verdad es que la felicidad no existe.

La chica de la piel blanca sonrió interiormente.

Observó cómo el papel quemado se desvanecía con una mirada fría. Pensó que un día se convertiría en una estrella. Quizás esto eran las estrellas: almas. Almas perdidas.

La chica de los cabellos azules y la mirada helada cerró los ojos e inspiró profundamente, con la brisa acariciándole su frío rostro.

Y mientras las últimas chispas del papel quemado desaparecían y un hilo de humo recorría el cielo, pensó que ella era una cerilla: una efímera luz en medio de la oscuridad. Una luz que se estaba apagando demasiado rápido.

Porque igual que el fuego consume a la cerilla, ella también se consumía.



All the stars shine for you, my love.

Hasta otra,

>>escapefromreality

P.D. Por si os interesa (?), las notas en esta pre-avaluación me han ido fatal. Fatal. Y mi comportamiento en clase tampoco es el adecuado. Pero ¿qué es algo adecuado? Lo que la sociedad se ha creado como estereotipo de vida. Pero la verdad es que me da igual. Últimamente me siento bastante realizada (?) y con esto me basta.
Y, por si os continua interesando, ya no estoy al lado de Zaca *bailecito feliz, bailecito feliz a las tres de la mañana cantando It's Time*. Me cambiaron de sitio y me pusieron sola al fondo de la clase, pero ayer me volvieron a cambiar, y estoy al lado de otro chico que no me cae mal. Me lo paso bien y estoy a última fila. Aún así, siempre me regañan. Creo que voy a morir ahogándome en todas las incidencias que llevo *nah, esos malditos infelices no me quitarán quien soy realmente*.
(psps, mi tutora es una persona demasiado mediocre. Nos preguntó que era para nosotros un conflicto. Yo respondí lo que para mí es un conflicto *causas mundiales mucho más mayores a creo que un conflicto es encontrar el ladrón de mi bolígrafo rojo*. Causas como el mundo, la sociedad, yo que sé. Respondí algo así, y me regañó. Me regañó. No sé porqué. Quizás pensó que lo que decía era estúpido, pero entonces es ella quien no ha madurado. A horas de ahora pienso que mi profe no puede ser más inconsciente. Hay alumnos más inteligentes respecto a la vida que algunos adultos, y esto hay gente que no lo ve. Y no me refiero en mi caso en particular *mi intención no es autopirotearme ni nada por el estilo, ya que otras personas de mi clase opinaron lo mismo*, sino en general. Porque creo que hay muchas personas ahí fuera que hubieron respondido lo mismo. Pero quizás no se atreverían.)

Y ya está. Os dejo. Llevo demasiado tiempo hablando virtualmente con la música a tope. 

Así que os voy a dejar una canción Catalana (de donde yo soy //*//) que me encanta. 
Espero que os guste.

Bicicletes, Blaumut


Nah, no os ilusionéis. 

En realidad me despido con West Coast, de Lana del Rey.

Lana (;

You push it hard I pull away
I'm feeling hot and on fire
I guess that no one ever really 
Made me feel that much higher
Te deseo cariño, boy it's you I desire
Your love, your love, my love


Os quiero.

P.D. Mañana me dedicaré a recuperar todo el tiempo perdido en blogger estas semanas. Comentaré, escribiré... Todo esto. Gracias por estar aquí. Gracias.

P.D.2. El martes me operan del pie (por una lesión que se me curó mal). Y la verdad es que estoy un poco preocupada. Enteoria todo debe de salir bien. Enteoria. Yo siempre tengo mala suerte. Siempre. Así que me siento un poco asustada. Pero asustada de que me pasase algo, no sé. 
Y no volver a abrir más los ojos y morir sin haber hecho gran cosa. 
Sé que es prácticamente imposible. Pero...  

P.D.3. Amo los viernes por la noche.